
Consecuencias del estrés crónico en el día a día de trabajo en las organizaciones:
Deterioro de la salud
Ambiente laboral crispado
Plantillas descompensadas por picos de carga de trabajo no previstos.
Absentismo elevado e imprevisible.
Descenso de la productividad.
La buena noticia es que el estrés laboral, al producirlo el cerebro con su continua plasticidad neuronal, es modificable y se puede reducir de una manera considerable si se realizan cambios en:
Contexto, trato y condiciones de trabajo.
Ampliando recursos y aprendizajes en habilidades del trabajador para poder hacerle frente.
En el siglo XXI las condiciones de trabajo a nivel operativo y mecánico, tanto a nivel físico como contable, así como en cadenas de producción, logística y otras actividades mecánicas, no cabe duda, han mejorado.
Sin embargo, quizás precisamente porque la tecnología está dando pie a emplear el tiempo en nuevas modalidades y dinámicas de trabajo, más proactivas y creativas; hay que impulsar la formación de los trabajadores en habilidades de desarrollo y realización personal, que potencien su motivación y compromiso, así como en habilidades interpersonales, que fortalezcan la cohesión y la productividad de los equipos.
Proponemos pasar a la acción creando nuevos canales y dinámicas de trabajo que encaucen esta sociedad líquida, que en lo laboral tampoco escapa a ese resbaladizo estado bautizado por el sociólogo Bauman,
Queremos alertar del incremento de riesgos nacidos como consecuencia de nuevos y acelerados hábitos, fruto de una forma de vida con un futuro dificilmente predecible. Tomamos muchas decisiones y cambiamos a menudo de estrategias, sin que pasen por ningún periodo de asentamiento ni previsión de consecuencias en ámbito psicosociales.
El estrés y el bienestar laboral son incompatibles, cuando uno de ellos “campa a sus anchas” (mayoritariamente, en estos tiempos, el estrés), el otro desaparece por completo, de ahí que nuestra decidida apuesta por el impulso del bienestar laboral no sea ninguna moda ni ocurrencia.
En TOMacción sabemos que no es fácil cambiar de hábitos, por eso hemos unido tres recursos que ya por sí mismos han servido en numerosas ocasiones, a lo largo de la historia, para salir adelante de una manera u otra:
Teatro, Oratoria y Música.
Tres personas haciendo uso de tres artes extraordinarias contra el estrés.
«No puedes dejar que esta oportunidad pase por delante de tu organización sin aprovecharla».